viernes, 2 de mayo de 2014

Capítulo 44. Todo en la vida pasa factura (2º parte)

Después de aquella llamada del hospital, Patricia corrió a buscar a su marido. El pasillo de la casa se hacía eterno, perecía no terminar nunca.

Cuando por fin Patricia llego al gimnasio, donde se encontraba su marido, este la vio algo sofocada...

Adriano: Cariño... ¿qué te pasa?
Patricia: Tenemos que hablar mi vida...

Adriano se bajo de la cinta de correr, y un poco asustado por la cara de su mujer, le pregunto de nuevo...

Adriano: Me puedes decir que pasa Patricia.... PORFAVOR!! me estas asustando....

Patricia: Adriano, han llamad del hospital....
Adriano: Que!!!!
Patricia: Una enfermera me ha dicho que tus padres han tenido un accidente y...
Adriano: Un accidente!!! Pero cococomoo!! ¿qué ha pasado? ¿qué te han dicho?

Con lagrimas en los ojos, Patricia le dijo:

Patricia: Cariño, lo siento mucho, pero tu padre ingreso cadáver, no han podido hacer nada... Tu madre esta grave, muy grave...
Adriano: DIOS MIO!! Mis padres!! Pero como ha sido, que demonios a pasado....
Patricia: La enfermera solo me dijo eso vida mia... Vistete y vamonos al hospital, yo hablaré con Isabella, para que se quede con el pequeño.


Adriano y Patricia se pusieron en marcha. Visiblemente muy nervioso, Adriano por su seguridad y la de su esposa, decidió no conducir, así que llamaron al chofer oficial de la familia y se pusieron en marcha.

Al llegar al hospital, todo era un caos. No sabían a quien preguntar, no sabían que decir, hasta que Patricia vio pasar una enfermera. Esta les dijo que se fueran a la sala de espera, y que cuanto pudiera, el médico pasaría a verlos. De modo que eso hicieron, se fueron a la sala de espera y se quedaron allí esperando.

La espera estaba siendo eterna. Las horas pasaban, y nadie pasaba a decirles nada. La angustia de no saber nada de Susan, se los comia por dentro. Iban en busca de enfermeras o médico que le dijeran algo, pero nadie parecía saber nada. Adriano, solo se preguntaba que demonios había pasado, como de un momento a otro las cosas habían cambiado tan radicalmente.

Patricia: Adriano, mi vida trnaquilizate...
Adriano: No puedo!! Nadie me dice nada!! Esto es desesperante!!!






Patricia: Lo se cariño, pero debes tranquilizarte, porque los nervios no te ayudaran a que las cosas vayan mejor, solo lo empeoraran!!







Entre lagrimas, Adriano dijo:

Adriano: Esta mañana los llame, y estaban bien, ¿qué ha pasado?






Aquella espera parecía eterna. Parecía que habían estado en aquella sala años. Una sala fría, que aunque muy bien decorada y confortable, no les daba tranquilidad alguna. Sabían que no estaban a la espera, de un premio, o de una consulta con el dentista, estaban allí para saber si Susan, seguía con vida o no.

Cuando menos lo esperaban la puerta de aquella sala se abrió. Por la puerta apareció un hombre con bata, ya no sabían si pensar que era un médico, un enfermero o un celador, porque por allí habían pasado tantos, y nadie les decía nada, que no se esperaban que esa persona fuera a decir su nombre.

Ya que la sala de espera, era una sala privada, el médico al entrar dijo:

Dr. Venzo: Señores Di Napoli, disculpen la espera por favor...
Adriano: Doctor, digame como esta mi madre por favor...
Dr. Venzo: Su madre esta grave. La hemos tenido que operar de urgencia. Tenía un traumatismo craneal severo con perdida de masa encefálica.
Patricia: Doctor, ¿y eso que significa?
Dr. Venzo: La señora Di Napoli, salió despedida del coche por el impacto. Su cabeza se golpeo con fuerza, ocasionando una herida abierta, por la que parte de su cerebro salió...
Patricia: OH DIOS MIO!!
Dr. Venzo: Hemos podido reparar la herida, pero la lesión ha sido muy grave. Tengo que serles franco, no sabemos si despertará o no. Debido a las graves lesiones producidas, ha entrado en coma.
Adriano: Digame la verdad doctor, podemos tener esperanza.
Dr. Venzo: La esperanza es lo último que deben perder señores Di Napoli, pero les seré sincero, si logra despertar, tendrá secuelas para el resto de su vida.
Patricia: ¿Han tenido que meterle ponerle algún medio para respirar o algo?
Dr. Venzo: La hemos intubado durante la operación, pero no le hace falta para respirar fuera de la sedación. Una vez que Susan salga de la sedación, respirara por si sola, ya que no presentaba traumatismos graves en el tórax que le impidieran respirar.

Adriano: Mucha gracias doctor.
Patricia: Gracias doctor.
Dr. Venzo: Se que pedirles que esperen un poco mas, les puede sonar desesperante, pero les ruego que esperen unos minutos, en seguida, les avisaremos para que entren a ver a Susan.
Adriano: Pero, ¿cuánto mas vamos a tener que esperar?
Dr. Venza: Señor Di Napoli, entiendo que este nervioso, pero su madre acaba de salir de una operación, creame si le digo, que estos momentos no son buenos para verla. En cuanto salga de la
sedación, le quitaremos todos los tubos que tiene, y podrán pasar a planta para verla.
Patricia: Gracias doctor.

El tiempo siguió pasando en aquella sala de espera. Adriano solo le daba vueltas a la cabeza, que demonios había pasado, desde que el y sus padres hablaron por teléfono por la mañana y la tarde, cuando tuvieron el accidente. De repente y son saber porque, se le vino a la cabeza el email que había recibido dias antes... ¿Tendría algo que ver con lo que había pasado? Adriano no quería quedarse con la intriga de si realmente el accidente había sido causa del destino o por las amenazas recibidas en aquel email.

Sin decirne nada a Patricia, este se levanto de la silla, y con la escusa de que le diera un poco el aire, salio de la sala. Estando fuera, tomo su teléfono del bolsillo, y marco el número de la policía. Adriano tenía un buen amigo entre la policia, el comisario Paolo Baressi, le explico lo que había pasado días atrás y el estado en que se encontraba su madre, y la muerte de su padre, nada le parecía casualidad. El comisario, le aseguro que todo sería investigado, y que si realmente, había un atentado por medio lo descubrirían.

En medio de la conversación, una enfermera apareció por la sala de espera, y le comunico a Patricia que ya podían pasar a ver a Susan. Patricia se levanto de su asiento y fue a buscar a su marido al pasillo, donde este se encontraba. Adriano se despidió inmediatamente de su amigo y se pusieron marcha a la habitación donde se encontraba Susan.


Al llegar a la habitación, Adriano tuvo que sentarse, no podía creerse aún lo que estaba pasando, que su madre estuviera en ese estado. Se quedaron con ella horas, hasta que Patricia se tuvo que marchar a casa por el pequeño Diego.

Patricia: Cariño, yo voy a casa con el niño, ¿necesitas que te traiga algo de casa?
Adriano: Esta noche no me hará falta nada, no me dormiré me quedare con ella toda la noche. Mañana cuando vengas traeme algo de ropa limpia porfavor.
Patricia: Vale mi vida. Cualquier cosa avisame. Te quiero.
Adriano: Y yo a ti vida mia. Dale un beso a mi hijo.

Desde aquella noche Adriano no se separo de su madre. Se quedaba allí noche y día, y cuando no estaba el, estaba Patricia, Susan nunca estaba sola... Y si ninguno de los dos podía estar en el hospital, Adriano solo tenía que llamar a Paolo, para que mandara a uno de sus hombres para que vigilara la puerta de entrada de la habitación de Susan.




El tiempo en la vida de los Di Napoli, sin cambios llamativos. Susan tras 1 año desde el accidente, seguía en coma, sin mejora alguna. Lo único que hacía sonreir a Adriano, era ver como su hijo crecía y como le regalaba cada día una sonrisa, un abrazo, una sonrisa, o simplemente una mirada.





Aquellos momentos eran los que a Adriano le daban la vida en aquellos momentos tan duros. Su madre no despertaba y el entierro por su padre, no se había podido realizar, porque lo unico que habían encontrado de el, eran cenizas, y aún las estaban analizando. Su vida se desmoronaba, pero por su hijo, luchaba para no desmoronarse con ella.



 Durante uno de esos momento que su hijo le regalaba, recibió una llamada. En un primer momento, Adriano no quiso contestar, estaba seguro de que su madre estaba bien, pues Patricia estaba con ella y si hubiera pasado algo, ella misma lo hubiera avisado. Pero el teléfono volvio a sonar una y otra y vez, y ya no tuvo mas remedio que contestar.


Adriano: Si digame...
Paolo: Buenos días Adriano, soy Paolo, tenemos a una persona que puede estar relacionada con el accidente de tus padres. Pasate por aquí cuando puedas.
Adriano: Gracias Paolo, enseguida voy para la comisaria.

7 comentarios:

  1. Por motivos de fuerza mayor no he tenido tiempo para seguir mi historia, ni la tuya ni la de nadie, así que ahora estoy más desenchufado que plancha de campo.
    Cuando tenga tiempo tendré que leer unos 20 capítulos, jajajaja.
    Un abrazo, que estés bien.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espero que esos motivos de fuerza mayor, no sean grave y se hayan podido solucionar. Yo tambien estoy desenchufada!! jejeje, me ha hecho gracia esa expresión!! jejejeje... Entre la feria, el trabajo y ahora que mi hermana ha venido de suiza unos dias, tengo esto abandonado... A ver si ya me voy situando y poniendo las cosas en su sitio y hago algo con el blog!! jejejeje

      Me alegra saber de ti cariño!! Un besoteee

      Eliminar
  2. Esta historia la he leído varias veces. Me encanta

    ResponderEliminar
  3. No se cuando subiran mas capítulos pero me encanta mucho esta historia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por problemas con un bug en el juego, tuve que dejar la historia. Me alegra saber que despues de tanto tiempo, aun hay gente a la que le gusta mi historia. Mil gracias de verdad ^^

      Eliminar
    2. Ayala, entiendo, muy buena la historia de la familia.

      Eliminar